¿Cuántas víctimas ha encontrado tu perro?
Y tu perro, ¿cuántas víctimas ha encontrado? No es raro encontrarse con esta pregunta cuando se trabaja una especialidad de búsqueda de personas. Una pregunta que en realidad no tiene sentido y te explicamos por qué
Por Isabel Herrán | perrosdebusqueda©
De entrada y para aclarar. La búsqueda de personas, ni es una competición ni es un concurso. Esto no va de quién es mejor o quién es peor. Va, o debería ir, de colaborar para localizar personas y salvar vidas. El resto sobra. Pero vamos a intentar aclarar conceptos de una vez por todas.
Para ojos profanos, es lógico pensar que quien trabaja con perros de rescate o de búsqueda de personas lleva un cómputo de las víctimas que ha encontrado, con o sin vida. Pero la realidad es muy distinta porque de entrada, para un guía, no es un dato relevante.
No nos alarmemos, no es que un guía de perro de búsqueda de personas no desee localizar a las víctimas. Lo que ocurre es que, cuando hablamos del tipo de perros de búsqueda que se utilizan en terremotos, deslizamientos de terreno e incluso en grandes áreas, este dato no refleja la efectividad del equipo. En absoluto.
Perros de búsqueda de personas, ¿qué buscan?
Hay que tener en cuenta que los perros que buscan personas pueden ser de varios tipos:
- Perros de olor genérico: buscan cualquier persona, no tienen un olor de referencia. Obligatorios en terremotos y deslizamientos de tierra, barro o nieve. Se utilizan también para buscar personas perdidas.
- Perros de olor de referencia: siguen el rastro del olor específico de una persona. Necesitan tomar su olor de alguna prenda y un punto de partida.
Sabiendo eso, lo lógico es que un perro de búsqueda de personas por olor de referencia trabaje en la zona «caliente», es decir, aquella donde estuvo o donde se supone que estará la víctima.
Sin embargo, el perro de búsqueda de personas por olor genérico, al no disponer de ese olor de referencia, trabaja de otra forma.
Objetivo: cubrir y limpiar zonas
Cuando un perro de olor genérico trabaja, no sigue un rastro. Ya sea terremoto, deslizamientos o en grandes superficies, la zona de trabajo de estos perros se organiza previamente en el operativo de búsqueda. Allí se deciden las zonas a batir por estos equipos caninos, que suelen ser aquellas más complicadas, de difícil acceso o visibilidad y donde el olfato de los perros es necesario.
Así, el guía y su perro deben cubrir una cuadrícula determinada y, al finalizar, avisarán a su jefe de grupo o de operativo de que la zona está «limpia». Eso significa que su trabajo allí ha finalizado y pueden pasar a otra zona. Por tanto, no haber encontrado a la víctima en esa zona no significa que no hayan hecho un buen trabajo.
Al contrario, es un trabajo perfecto dar por limpia una zona para que el resto de los participantes del operativo puedan continuar cubriendo y limpiando otras zonas. Así hasta dar con la víctima, si es que está en las zonas de búsqueda.
Lo mismo ocurre en el escombro. En catástrofes, cuando hay edificios colapsados, los equipos caninos trabajan cada uno en una zona designada. El perro busca personas con vida sepultadas bajo los cascotes y, si finaliza el trabajo en esa zona y no ha señalizado nada, su guía deberá indicar que esa zona está limpia. Seguidamente suele entrar otro equipo canino a registrar la zona, dada la enorme dificultad que entraña esta especialidad. Si ese equipo canino tampoco detecta vida, se da por limpia la zona y el siguiente paso será pasar máquinas a retirar los escombros.
En caso de que el perro señalice, el guía lo retira y entra a trabajar un perro de confirmación. Eso es «sencillo» comparado con dar una zona por limpia en caso de no haber vida debajo. Ahí la responsabilidad es enorme y las dudas, inevitables. En cualquier caso, la búsqueda que localiza a la víctima siempre parecerá mejor, sobre todo cara a los medios y es lógico. Pero ambos trabajos son perfectos si están bien hechos. También podría ocurrir lo contrario, que un equipo mediocre o mal preparado localice de casualidad a la víctima. Y entonces aparecería como un trabajo espectacular y ni se mencionaría a los equipos que hicieron bien su trabajo. Esa es la gran injusticia de esta disciplina y entre profesionales, ni siquiera debería mencionarse este detalle.
En catástrofe, ¿cómo sabes el número de víctimas?
Cuando ocurre una catástrofe, no es raro ver que los grupos vuelven con el dato del número de víctimas rescatadas como carta de presentación. Y esto sorprende bastante porque en una catástrofe, salvo que el grupo sea integral, es decir, que además de equipos caninos de localización, dispongan de equipos de desescombro, no hay forma de disponer de este dato.
Los equipos caninos trabajan en la localización de víctimas vivas bajo el escombro. En caso de señalización, se retiran y van a trabajar a otra zona. Así que, o permanecen en la zona para comprobar la localización, que suele llevar muchas horas y por tanto dejan de trabajar, o es imposible que verifiquen si había una persona con vida o no. ¿Cómo pueden entonces dar ese dato con tanta seguridad, incluso aquellos que viajaron 2 personas? ¿Quizás se contabilizan las señalizaciones sin cotejar el resultado? ¿Se contabilizan los cadáveres, que ya han sido localizados por otros equipos?
La realidad es que nadie puede supervisar ni contabilizar ni cotejar el trabajo de los equipos caninos y esto deja vía libre a los ‘curriculums inflados’, que por desgracia también se construyen en torno a las víctimas.
No son muescas en el revólver
En cualquier caso, la pregunta de ‘cuántas víctimas ha encontrado un guía o un grupo’, cuando es de olor genérico – que es la gran mayoría en este momento – no tiene sentido. Si proviene de quien no conoce la especialidad es lógico, pero nunca debería escucharse en boca de profesionales.
Ni mucho menos debería utilizarse como dato post-intervención, para demostrar el trabajo realizado. Un binomio de búsqueda de personas, sea de la especialidad que sea, no debería llevar «muescas en el revólver» para contabilizar sus logros. Al contrario, quien pretenda que se valore su trabajo por este dato, demuestra no ser un buen profesional y desconocer por completo la realidad operativa de estas especialidades.
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