Cursos homologados y certificados ¿Por quién?
Si eres guía canino seguramente buscarás cursos que estén homologados y certificados. Pero ¿sabes si esas homologaciones son válidas? ¿Quién lo avala? ¿Es oficial? ¿Y sabes cómo reconocer esa validez?
No, aquí no vamos a hablar sobre el manido y no menos preocupante tema de la regulación del adiestrador canino. De eso ya se han ocupado nuestros compañeros de Doogweb en un excelente artículo que refleja perfectamente la realidad. Lo publicaron hace varios años pero seguimos igual. Nada o muy poco ha cambiado, con la excepción de alguna comunidad donde hay título de adiestrador. Aunque eso tampoco regula la profesión ya que, en definitiva, es como indica el artículo: para ser adiestrador basta «Con darse de alta en el IAE (epígrafe 979.4, adiestramiento de animales y otros servicios de atención a animales domésticos)». Es decir: no evita incursiones no profesionales.
Y precisamente esas incursiones no profesionales nos llevan a un problema mucho más preocupante. Las homologaciones en disciplinas operativas, fuera del ámbito profesional de las unidades caninas de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Rescate, drogas, explosivos… Grupos de voluntarios, empresas privadas… Cada vez hay más especialidades con perros detectores y eso, a su vez, ha abierto un abanico que muchos no han dudado en aprovechar para aumentar su oferta formativa.
Cada vez aparecen más adiestradores y «especialistas» en diferentes disciplinas que dicen estar homologados. Luego resulta ser una asociación o entidad privada. Hay titulaciones de todo tipo, envueltas en bonitos nombres, logos y escudos. Son titulaciones avaladas por entidades que no son más que asociaciones privadas y que no pueden otorgar oficialidad alguna. Se venden títulos privados disfrazados con oficialidades inexistentes. Y lo más grave es que muchas ni si quiera tienen los requisitos mínimos para poder impartir formación o capacidad para evaluar.
¿A qué estamos jugando?
Soy guía de perros de explosivos homologado
Pues para realizar esta afirmación,como civil, primero de todo tienes que ser personal de una empresa de seguridad. Después, necesitas avalarlo con una certificación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Esta agencia es la única que puede otorgar un Certificado para Equipos de Perros Detectores de Explosivos en Carga Aérea a personal que no pertenezca a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
A las pruebas de capacitación de AESA se pueden presentar, tanto empresas de seguridad privada -autorizadas por el Ministerio del Interior-, como vigilantes particulares que cumplan los requisitos y la experiencia que se exige en esta disciplina de trabajo con perros. En el proceso de certificación de equipos caninos AESA trabaja como Autoridad competente. Y en las decisiones técnicas está apoyada por equipos específicos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Existe también una certificación por la Autoridad Portuaria del Puerto de Barcelona, a través de la Guardia Civil. Según este acuerdo, la Guardia Civil es la encargada de realizar la evaluación de las capacidades de los equipos caninos de detección de explosivos de las empresas de seguridad privada, que desempeñen sus funciones en las Zona Restringida del Puerto de Barcelona.
Fuera de ese ámbito, todo lo demás: cursos, formaciones, titulaciones… que no estén avalados por esta entidad, sencillamente no son oficiales. Y la certificación que concedan no te servirá más que para colgarla en la pared.
Perros de rescate: décadas buscando una regulación
Esta es una de las disciplinas que más necesita de algún tipo de regulación oficial, por la cantidad de grupos que hay y que siguen apareciendo. A día de hoy y con la excepción de las unidades de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, no existe homologación oficial alguna para equipos caninos de búsqueda de personas a nivel nacional.
No hay nada que regule la actuación de estos efectivos (civiles) en un operativo. Ni de escombro, ni de grandes áreas, ni de rastro/mantrailing, ni de cadáveres, ni de restos humanos. No hay nada que impida que cualquiera que diga ser guía canino, a nivel individual o en grupo, participe en la búsqueda de un desaparecido. Es decir, no hay nada que impida que una persona, sin la formación necesaria, ponga en peligro la vida de otra persona.
Y así ocurre, que en ocasiones se presentan equipos caninos en el operativo de búsqueda que están muy lejos de ser «profesionales». Incluso grupos, no faltan los casos, que ofrecen sus servicios a una familia desesperada por encontrar a su ser querido. Pero no poseen ni de lejos la capacitación o cualificación necesaria. Y eso, seamos claros, puede poner en peligro la seguridad y la vida humana.
Se ha intentado en dos ocasiones lograr esa regulación. La primera en el año 2002, cuando la Dirección General de Protección Civil convocó a todos los grupos que entonces trabajaban con perros de rescate. Hubo acuerdo e incluso se llegó a elaborar un borrador con la reglamentación de unas supuestas pruebas en las disciplinas de escombros y deslizamientos del terreno. Pero ahí quedó todo.
En Febrero de 2016 se celebra una nueva reunión en la ENPC, aunque esta vez la Escuela se ofrece como mero marco del evento, sin más implicación en él. Casi cincuenta grupos de toda España se reúnen y presentan una propuesta conjunta que es enviada al Ministerio del Interior. Este deriva el problema a la Dirección General de Protección Civil… y allí acaba de nuevo todo, una vez más.
No existe capacitación oficial a nivel nacional
que regule la actuación de los equipos caninos (civiles)
en un operativo de búsqueda
¿Pero no había una cualificación del INCUAL?
Efectívamente, hay una Cualificación Profesional del INCUAL en materia de «Instrucción canina en operaciones de seguridad y protección civil». Pero eso no es una Certificación Profesional, sino un conjunto de competencias profesionales con significación en el empleo que pueden ser adquiridas mediante formación modular u otros tipos de formación, así como a través de la experiencia laboral”.
Podríamos decir que son una serie de pautas que establecen cual sería una buena formación para los futuros guías caninos. Pero aquí volvemos a lo que comentábamos al principio con la homologación de adiestradores. Es titulación, es formación… y está en el BOE. Pero no capacita o discrimina, o filtra.
Nada evita que cualquiera, con o sin titulación, ejerza de adiestrador o de guía canino en una operación real, nacional o internacional. Para lo único que parece haber servido es para elevar la oferta de cursos formativos para futuros guías caninos. Pero si al final no existe ninguna criba, si no hay certificaciones profesionales, ¿cómo evitamos el fraude, las incursiones no capacitadas y la falta de profesionalidad?
¿Y qué pasa con las acreditaciones?
Este es otro tema muy curioso. En los últimos tiempos se ha observado un creciente aumento de las acreditaciones de clubes y asociaciones con siglas muy rimbombantes y que parecen oficiales. No lo son. Todo lo anterior se aplica también en estos casos.
Un logo de una asociación privada que dice acreditar un seminario o curso, sólo serviría en el caso de que tuviesen la capacidad de oficializar esa acreditación. Y, como ya hemos visto, acreditaciones oficiales deben venir por otra vía, no por entidades privadas.
Teniendo en cuenta que vamos a pagar un dinero para conseguir una formación, lo mínimo es esperar que esta sea buena. No deberíamos conformarnos con cualquier cosa solo por lo que aparente ser. Por eso, cuando vemos un sello en un curso o seminario, deberíamos buscar dos cosas antes de pagar:
Primero de todo, que sea un sello o respaldo oficial o que al menos garantice de alguna forma lo que acredita. De no ser oficial, sería de esperar que el centro o quienes lo respresentan, tuviesen capacidad evaluatoria. Es decir, que sean expertos en la disciplina que están acreditando. Si esto no se cumple, entonces ese logo/sello no es más que un adorno. Y si es así, mal empezamos. Por desgracia ya son bastantes los casos conocidos de seminarios y cursos acreditados en los que no hay un solo experto en esa materia entre los que lo acreditan.
Y convendría también recordar que muchas veces, para colocar estos sellos acreditativos, hay que pagar por ello. Lo que significa que quien lo pone hace negocio con ello. No es en sí mismo algo negativo, a no ser que la acreditación provenga de personal no cualificado, como acabamos de apuntar.
Olvídate de homologaciones y busca buenos formadores
Con todo este panorama de datos increíbles pero ciertos, llegamos a una conclusión.
Al final, todas estas titulaciones, nombres rimbombantes y sellos de logos, pueden no ser más que un lucrativo negocio. Algunos ofrecen un programa formativo muy completo, otros son cursos huecos, llenos de autobombo y poca «chicha». Todos luchan por ofrecer la oferta más «oficial».
Te pedimos un favor: no te dejes deslumbrar por los brillos.
Ponte unas buenas gafas de información, entérate bien de lo que te ofrecen y antes de pagar un dineral por un curso que te convertirá en «guía homologado de lo que sea», «instructor de lo que sea», averigua si ese centro imparte una buena formación o no.
Porque al final, cara a ser un verdadero profesional, es lo más importante. Y no serás mejor por tener en tu pared diplomas con sellos y logos que ni sabes de quién son. Serás mejor porque quien lo impartía era realmente un buen formador.
Cuando consigamos que se regule toda esta situación, podremos volver a hablar de acreditaciones, regulaciones y homologaciones. Mientras tanto, ¡mucho cuidado, futuro guía, ¡que no te deslumbren! Y sobre todo, no pagues por lo que no es lo que parece.
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