Ejercicios de perfeccionamiento perros de rescate
Entrenamiento equipos caninos de la delegación de Madrid de la Asociación Intervención, Ayuda y Emergencias en el campo de prácticas de Algemesí, Valencia (2005)
Se trabajan temas muy específicos con idea de «probar» a los guías. Es muy grande, pero es que hay casi 20 minutos de entrenamiento. También hemos dejado el audio, preferimos dejarlo tal y como estaba porque es más real que hacerlo tipo montaje y así se ve y escucha todo.
Paso a los ejercicios, hay cinco:
1) El primero es un ejercicio de Balto en el que debe encontrar a 4 víctimas. Se trabajaba la organización de la búsqueda por parte del guía (que lo necesita mucho, jeje) para registrar toda la zona. Había que revisar todo, incluso zonas donde había bastante gente sentada. Y por supuesto, que el perro, una vez localizada cada víctima, debía continuar a por otra víctima obviando la anterior – sin recompensar hasta el final-.
2) En el segundo ejercicio está Kraus, cuyo guía es Juan Burgos. Se trabajó la búsqueda de dos víctimas. Costó mucho la señalización en la segunda por cuestiones de accesibilidad y corrientes. Es un ejercicio muy curioso de ver y escuchar los comentarios.
Entre estos dos perros se observa claramente las ventajas de la juventud de uno (Kraus), frente a las del mayor, pero más experimentado (Balto).
3) Tercer ejercicio: el título lo dice todo «Discriminación de olores. Foco residual y foco caliente». En este ejercicio el guía (Juan) ignoraba lo que tramábamos. Se había colocado una víctima en un zulo vertical, bien tapado y justo en la tapa pusimos una camiseta empapadita de sudor de otra persona. El perro debía ser capaz de reconocer ambos olores, discriminar el residual (camiseta) y señalizar el foco caliente (la víctima). Aquí hay varias cosas interesantes: en un momento dado el perro aparece con un mordedor en la boca (aunque continúa trabajando) y el guía le lanza un rotundo ¡NO!. El perro escupe el mordedor y continúa la búsqueda, sin afectar para nada su motivación o su atención en la búsqueda.
Luego ocurre lo previsto: el perro discrimina ambos olores, acude en más de una ocasión al lugar pero no resuelve. Llega un momento en el que vuelve al lugar donde está la víctima y mira al guía en busca de apoyo porque claramente tiene un conflicto. El guía evita cualquier apoyo ahí. Pero un auxiliar, aprovechando un momento en el que el perro no está cerca, retira la prenda sudada para facilitar las cosas al perro. Tratamos de que aprenda a diferenciar esos dos olores. El perro regresa y señaliza ya sin ningún problema. (el 5º ejercicio, al final, se planteó para comprobar si el perro había aprendido con este ejercicio)
4) Ejercicio de Balto: se trataba de localizar a una víctima que estaba escondida en un frigorífico, con emanación mínima de olor y además queríamos trabajar las distracciones de gente a su alrededor hablando, silbando, trabajando… sobre todo cuando llega el momento de la localización y señalización. Durante el ejercicio se oye algún silbido y alguien llamando a voces, algo muy típico durante la intervención y que podría distraernos al perro. Y en el momento de la localización y señalización, varias personas molestan al perro mientras trabaja con intención de distraerle o llevársele del lugar. Y su guía (yo) también contribuye al lío intentando llevárselo con llamadas (no órdenes) para incitarlo a seguirla (algo que es fácil que mañana nos ocurra en situación real).
En este ejercicio se ve una cosa muy curiosa: en el minuto 15, cuando el perro llega al zulo del ejercicio anterior (el de los residuales), se le puede ver claramente venteando los olores que debieron quedar.
5) Este quinto y último ejercicio es la repetición del problema de residuales de Kraus para comprobar si aprendió en el primero. Mismo zulo, misma situación y con la camiseta en la misma tapa de la víctima. El perro resolvió correctamente.
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