El sueño mejora el aprendizaje de los perros
Un reciente estudio demuestra que el sueño mejora la capacidad de aprendizaje de los perros, ya que ayuda a la consolidación de la memoria
Desde siempre, muchos profesionales del mundo del perro de trabajo insistían en que el descanso tras una actividad de aprendizaje puede ayudar a consolidar conceptos. Por eso recomendaban, tras las sesión de trabajo, dejar al perro en un lugar tranquilo.
Esa teoría se confirma ahora con un reciente estudio que demuestra que el sueño mejora además la capacidad de aprendizaje. Investigadores húngaros han desarrollado una forma no invasiva para observar el cerebro del perro mientras duerme y explorar su contenido y su función.
El sueño en los perros es bueno por numerosas razones, una de ellas es que es bueno para la memoria. Un buen descanso ayuda a la consolidación de la memoria, un proceso en el que el perro reune todas las piezas de información y las almacena en memorias que podrá utilizar en el futuro.
La memoria también es muy importante para los perros. Los perros de trabajo necesitan aprender -y retener- una gran cantidad de tareas específicas para su trabajo. Y los perros de compañía aprenden ejercicios básicos para convivir con los humanos. Cuando un perro aprende algo nuevo, ¿puede el sueño ayudarle a realizar mejor esas tareas? ¿Debería incluirse la siesta en las sesiones de entrenamiento?
Foto: Anna Kis
Un estudio para saber si el sueño mejora el aprendizaje
Anna Kis, de la Academia Húngara de las Ciencias y sus colegas -incluídos algunos miembros del conocido Family Dog Project, se propusieron estudiar la relación entre el sueño y la memoria en los perros de compañía.
Los investigadores querían saber si los perros recuerdan mejor la nueva información cuando han dormido, como ocurre en los humanos. También querían saber si el aprendizaje de esa información altera la actividad eléctrica en sus cerebros. Para ello, realizaron dos experimentos.
En el primero se enseñó y se testó a un grupo de perros una serie de nuevas ordenes. Todos los perros durmieron después unas tres horas, conectados a unos aparatos para medir el sueño específicos para perros. Después, fueron testados de nuevo con las nuevas órdenes. El aprendizaje antes del sueño (para el grupo de órdenes nuevas) alteró los patrones de actividad cerebral (EEG) durante el sueño profundo y la fase REM. Y el aprendizaje de las nuevas órdenes mejoró con la siesta posterior.
En el segundo experimento otro grupo de perros aprendió nuevas órdenes. Luego, a cada perro se le hizo hacer una de las siguientes actividades: dormir, jugar con su juguete, dar un paseo o aprender una segunda serie de nuevos comandos, no relacionados con los anteriores. En total los perros fueron testados tres veces con las nuevas órdenes: en cuanto las aprendieron, tras las actividades post-sesión (siesta, jugar, etc…) y una vez más una semana después.
Queda mucho por descubrir
Los resultados no arrojaron mucha luz en algunos aspectos, lo que no sorprende dada la falta de precedentes sobre cómo evaluar en perros la consolidación de la memoria dependiente del sueño. Los que habían aprendido dos series de nuevos comandos no mejoraron en el transcurso de las tres pruebas. Del resto, la mayoría, sin embargo, respondió mejor cuando volvieron una semana más tarde para la tercera prueba. Esto sugiere que el sueño nocturno, más que la siesta post-aprendizaje, mejoró la consolidación de la memoria.
Este estudio es preliminar, es como un guiño de conocimiento a un futuro descubrimiento científico mayor. O, como los propios investigadores indican, es la primera prueba que indica que las capacidades de aprendizaje social de los perros análogas a los humanos podrían estar relacionadas con la consolidación de la memoria dependiente del sueño. Pero aún falta mucho por descubrir.
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