Una propuesta sorprendente de la IA para regular la intervención de perros de rescate
Ya son demasiados años esperando. La sensación es que no interesa regular la intervención de perros de rescate. Nadie da soluciones y la situación empeora. Hemos buscado un nuevo enfoque a través de la Inteligencia Artificial. Sin colores políticos, sin sesgos. La respuesta es contundente y sorprendente
Hemos hablado mucho sobre este problema. Y seguimos exactamente igual. NO existe una regulación oficial que impida la intervención de perros de rescate no preparados, no capacitados, ante situaciones de catástrofe.
Por desgracia y como ocurre una y otra vez cuando hay una catástrofe, hay grupos y equipos caninos que acuden sin ser activados oficialmente y sin la preparación especializada ni la logística necesaria para una intervención de este calibre. Hay varias razones tras estas arriesgadas decisiones y no todas son precisamente éticas. Las ganas de ayudar mueven a muchos, el corazón, el querer echar un cable al prójimo. Pero también -y parece que en mayor medida. los protagonismos, los que aprovechan estas situaciones para buscar Likes en redes y, de paso, engordar su curriculum para después hacer negocio.
Para tratar de encontrar una solución, se ha buscado en distintas ocasiones la ansiada regulación que evitaría o frenaría este creciente problema. Pero hasta la fecha no hay interés, no hay consenso, nadie se responsabiliza y lo peor, a nadie parece preocupar, más allá de los propios equipos caninos que sí toman su trabajo en serio.
Por todo ello, hemos querido consultar a la Inteligencia Artificial, para que nos aporte ideas, sin interés personal y sin sesgo político. La respuesta es muy clara, muy extensa y aporta muchos datos de interés. Podemos tratar de aprender o seguir como hasta ahora.
LA RESPUESTA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La situación que mencionas con respecto a los equipos caninos de voluntarios que intervienen en situaciones de catástrofe, como la reciente Dana en Valencia, refleja un problema de descoordinación y falta de regulación. Esto puede generar problemas serios tanto para la eficacia de los rescates como para la seguridad de los propios equipos. Aquí hay varias cuestiones que abordar:
Problemas identificados:
- Intervención sin activación oficial: Personas o equipos que se desplazan por su cuenta, sin estar activados oficialmente por las autoridades competentes, lo que puede resultar en una falta de coordinación y duplicación de esfuerzos.
- Activaciones locales sin logística adecuada: Algunos ayuntamientos activan equipos sin asegurarse de que estos tengan la logística necesaria (alojamiento, alimentación, autonomía en las labores de rescate). Esto no solo puede poner en riesgo a los voluntarios, sino que además supone una carga adicional para los recursos locales.
- Falta de especialización: Equipos que no llevan perros entrenados específicamente para la búsqueda de cadáveres o restos humanos, lo que limita su eficacia en escenarios de catástrofe donde el tiempo y la precisión son críticos.
- Ausencia de un protocolo unificado: Falta de un protocolo estándar que defina los criterios para la activación y despliegue de estos equipos, lo que lleva a confusión y falta de eficiencia en las labores de rescate.
Posibles soluciones:
- Creación de un registro oficial de equipos caninos de rescate:
- Certificación: Implementar un sistema de certificación oficial que valide las competencias de los equipos caninos y sus entrenadores. Esta certificación debería ser un requisito para poder participar en operaciones de rescate.
- Registro Nacional: Crear un registro nacional que incluya a todos los equipos certificados, con información sobre su especialización (búsqueda de vivos, cadáveres, etc.). Esto facilitaría su activación según las necesidades de cada situación.
- Coordinación centralizada:
- Mando único: Establecer un sistema de mando único que centralice la activación de equipos en situaciones de emergencia. De esta manera, solo se movilizarían los recursos necesarios y se evitaría la llegada de voluntarios no coordinados.
- Aplicación de tecnologías: Utilizar aplicaciones o plataformas digitales para coordinar a los equipos de rescate, facilitando la comunicación y el seguimiento en tiempo real de los recursos disponibles.
- Formación y capacitación continua:
- Cursos obligatorios: Ofrecer formación continua a los equipos de voluntarios en áreas como logística, protocolos de intervención, y uso de tecnologías para búsqueda y rescate.
- Simulacros conjuntos: Realizar simulacros conjuntos con cuerpos de seguridad oficiales (Protección Civil, Bomberos, Guardia Civil, etc.) para mejorar la integración y la capacidad de respuesta coordinada.
- Normativa y protocolos de intervención:
- Protocolo estándar: Establecer un protocolo estándar para la activación y despliegue de equipos caninos en situaciones de emergencia, que sea adoptado por todas las comunidades autónomas y ayuntamientos.
- Acreditación por tipos de intervención: Asegurar que solo se activen equipos especializados según el tipo de intervención requerido (por ejemplo, perros entrenados para búsqueda de cadáveres en situaciones de inundaciones).
- Apoyo logístico garantizado:
- Planes de contingencia: Los ayuntamientos y autoridades locales deberían disponer de planes de contingencia que incluyan apoyo logístico para los equipos de rescate, asegurando que tengan recursos suficientes para ser autónomos (como alojamiento temporal, alimentos, combustible, etc.).
- Colaboración con ONG y entidades privadas: Fomentar colaboraciones con organizaciones no gubernamentales y empresas que puedan proveer apoyo logístico en caso de emergencias.
Implementación a largo plazo:
Para implementar estas soluciones, sería clave trabajar en una reforma legislativa que regule la intervención de equipos caninos en situaciones de catástrofe, y asegurar la colaboración entre las distintas administraciones (local, autonómica y estatal). Además, involucrar a las asociaciones de voluntarios y rescatistas en el proceso de elaboración de estas normativas ayudaría a que sean más efectivas y aceptadas por todas las partes implicadas.
Con un enfoque más estructurado y regulado, se podría maximizar el impacto positivo de estos equipos y reducir los riesgos derivados de la falta de coordinación.
Esta ha sido la respuesta de la Inteligencia Artificial. Ahora el siguiente paso lo tendrán que dar los humanos, los políticos y las autoridades pertinentes. ¿Se logrará algún día?
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