La nariz de una perra salva colonias enteras de abejas
El olfato de Klinker está salvando colonias enteras de abejas de la temible loque americana
Klinker puede parecerse a cualquier otro labrador negro pero es el único perro en EE.UU que puede hacer este trabajo: detectar enfermedades con su olfato y salvar a colonias enteras de abejas con una sola visita.
Desde 2008, Klinker ha aprendido a detectar la «loque americana” o AFB, una bacteria que si no se detecta inmediatamente, puede arrasar una colonia entera de abejas, pasando de colmena a colmena y destruyendo cualquier larva. Es la enfermedad más común y destructiva a la que se enfrentan las abejas de la miel pero eso no supone problema alguno para la nariz de esta perra.
Klinker es capaz de olfatear la “loque americana” en sus etapas más tempranas, permitiendo que los apicultores puedan tratar sus colmenas con antibióticos y eliminar la enfermedad antes de que llegue a establecerse.
Trabaja para el Departamento de Agricultura de Maryland, recorriendo filas de colmenas con rapidez, deteniéndose y sentándose en cuanto le llega el rastro de la bacteria.
Los humanos pueden inspeccionar una media de 50 colmenas al día; en ese mismo tiempo, Klinker es capaz de chequear con su olfato hasta 1.000.
Maryland empezó a entrenar a “perros detectores de AFB en las abejas” a finales de los 70. Klinker es la cuarta de una larga línea de caninos que han servido como perros para cuidar de la población de abejas en el estado.
Su trabajo le ha ganado el reconocimiento de “Milkbone” como uno de los 10 perros “que han cambiado el mundo” http://www.goodnewsnetwork.org/dogs-changing-world-pawsome-heroism/ este año.
¡Ah! Y no os preocupéis por si le pican las abejas. Su horario de trabajo está limitado desde otoño a invierno, cuando las abejas son más dóciles y no están tan preocupadas por si un perro mete las narices en sus asuntos.
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