Las ciudades del desastre
Aunque parezcan escenarios sacados de la peor tragedia, son meros decorados que recrean situaciones de catástrofe con el fin de servir de campos de entrenamiento para distintos equipos de emergencia y rescate. Son las Ciudades del Desastre.
Estas réplicas de ciudades tras una catástrofe están diseñadas para que trabajen y se entrenen en sus instalaciones todo tipo de servicios de emergencia. Bomberos, militares, policía y cómo no, los equipos caninos de búsqueda de personas, que encuentran aquí el lugar ideal para el entrenamiento de los perros detectores de personas sepultadas.
Disaster City en Texas, EEUU, se jacta de ser la mayor de este tipo de instalaciones en el mundo. Puede ser, ya que dispone nada menos que de 21 hectáreas, con edificio colapsado, zonas de escombro, simulación de choque de trenes, un increíble edificio colapsable y otras zonas para el entrenamiento de los diferentes equipos de emergencia. Pero sin duda para los equipos caninos de búsqueda de personas las ciudades del desastre por excelencia son las que se encuentran en Suiza, ya que allí absolutamente todo parece un escenario de catástrofe. Todo está roto, demolido, colapsado, quemado, destrozado, pero todo sigue un estudiado plan previo a este «desastre».
Las «ciudades» se diseñan y se construyen con hormigón y con el único fin de ser demolidas después. Esa demolición se realiza siguiendo un riguroso plan que determinará la forma del derrumbe. Así, los edificios derruidos simulan diferentes situaciones de colapsamiento de edificios, exactamente igual que ocurre en la realidad.
Cada edificio colapsado ofrece en su interior una enorme galería de túneles y pasadizos, con puertas y rejillas para sectorizar las zonas dependiendo de la necesidad de los rescatistas: los figurantes pueden introducirse por debajo de un edificio y moverse por los túneles hasta quedar en una zona, completamente sepultado por escombro. Al cerrar el acceso a los túneles, obliga a los perros a realizar las búsquedas desde arriba, evitando problemas de rastros no deseados. En los túneles, además, los perros aprenden a trabajar en entornos confinados y con completa oscuridad.
Las posibilidades que encontramos en estas instalaciones son inmensas. Los equipos caninos están en contacto con los bomberos y así, cuando estos realizan sus prácticas de corte de escombro, apertura de nuevas puertas, trampillas, les indican dónde sería interesante realizar alguna modificación para futuros entrenamientos. Lo mismo ocurre con la seguridad: los figurantes y los perros trabajan en un entorno muy seguro, evitando los posibles accidentes que, sin estas medidas preventivas, podrían ocurrir durante los entrenamientos.
Estas pequeñas «ciudades» disponen de todo lo necesario para que los equipos de emergencia y rescate trabajen varios días. Alguna incluso ofrece la posibilidad de dormir en un bunker acondicionado con dormitorios, duchas y salas, pero manteniendo su utilidad y apariencia militar.
Todas ellas son, sin duda, magníficas oportunidades para el entrenamiento de equipos caninos de búsqueda de personas sepultadas. Pero para poder visitar cualquiera de ellas tendríamos que viajar hasta Suiza, donde actualmente hay tres, ubicadas en zonas militares de distintas ciudades. Quién sabe si algún día conseguimos encontrar alguna en España…
Reportaje: perrosdebusqueda ©
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