«Llimi», el perro antidroga de la Policía Local de Plasencia
La actuación del perro antidroga de la Policía Local de Plasencia está propiciando cambios en los hábitos de consumo de estupefacientes en las vías públicas, así como en la tenencia de estas sustancias, según ha afirmado el intendente, Enrique Cenalmor.
«Ante la presencia del perro ya no vale arrojar el porro o la sustancia, ya que el perro la localiza, incluso, en el agua, y por eso los consumidores ya no la llevan encima sino que la dejan escondida en las calles o parques», ha destacado el mando policial en un comunicado.
Cenalmor ha destacado que muchas veces, el can antidroga, que responde al nombre de «Llimi», encuentra sustancias por el suelo y sobre el césped, pero no se puede atribuir su pertenencia a ninguna de las personas presentes.
Asimismo, ha señalado que la unidad canina de la policía local, acompañada por otros efectivos, especialmente los agentes «tutores» consiguió, después de unas cuarenta denuncias, solucionar el trapicheo que había en el entorno de los centros educativos y el consumo, incluso, antes de entrar a clase y en el recreo.
A partir de aquí, la actuación de la Policía Local se trasladó al siguiente escalón que estaba programado, como son los parques públicos y puntos específicos de la ciudad donde se detectaba la presencia de sustancias estupefacientes, así, como el consumo en las vías públicas.
Fruto de este trabajo, en el periodo que va de marzo a julio de 2014, se han denunciado a un total de 88 personas por tenencia o consumo en la vía pública de drogas o sustancias estupefacientes, lo que significa una media de 17,4 denuncias al mes.
De las 88 personas denunciadas, 9 son mujeres y 79 hombres, un dato que Cenalmor considera relevante y que demuestra «la mayor responsabilidad y madurez de la mujer ante el consumo de drogas».
Las sustancias más habituales en Plasencia, que no difieren del resto de poblaciones extremeñas, son la marihuana, el hachís y la cocaína.
De igual forma, el intendente ha subrayado que este alto número de denuncias viene propiciado por la brillante actuación de la unidad canina «cuyo trabajo es excepcional y brillante a todas luces», ha asegurado.
«El perro le indica al guía canino en que parte del cuerpo está la sustancia, sin llegar a tocar a la persona que está siendo estudiada. Muchos jóvenes, al verse en el dilema de tener que pasarles el perro, entregan la sustancia que llevan de manera voluntaria», apunta Cenalmor.
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