Estatua homenaje a Majo y a todos los perros de rescate

El pasado jueves se descubría una estatua en reconocimiento a la labor de todos los perros de rescate y en especial como homenaje a Majo, un perro de rescate de la UME fallecido durante un ejercicio de instrucción. (Fotos y vídeos)

homenaje a Majo

La estatua homenaje a Majo y a todos los perros de rescate

pgmenacho | perrosdebusqueda©

El pasado jueves 25 de mayo, en la Base Aérea del BIEM I de la Unidad Militar de Emergencias, en Torrejón de Ardoz, se hizo el descubrimiento de la placa en homenaje a Majo y a los perros de rescate. La estatua es un precioso monumento de un perro buscando sobre unos escombros.

Nos debemos remontar al 2014 para conocer la historia de Majo, un pastor holandés de 7 años. Majo y su guía, el Cabo 1º Moreno Borregón, pertenecía al BIEM I de la Unidad Militar de Emergencias, con sede en Torrejón de Ardoz.

Un terrible accidente

El 18 de Mayo de 2014, durante un ejercicio de instrucción y adiestramiento del equipo USAR, Majo sufrió un terrible accidente. Su guía nos relata lo sucedido aquel fatídico día:

Se escucha en la mañana tu ladrido animoso de trabajar y tu alegría ya desde primera hora invita a una matutina jornada de instrucción. Nos uniformamos para la gimnasia, yo de pantalón corto y tú con arnés de tiro conectado a mi cintura, como si de uno nos tratásemos. Estamos dispuestos a correr juntos como cada día. Recuerdo que hicimos 10km. Después de refrescarnos, comenzamos nuestra instrucción. Hoy tenemos obediencia y pista de obstáculos, la jornada se sucede con normalidad, ajenos al fatídico desenlace. Sobre las 14:00 recibo un mensaje de alerta diciendo: «UME-BIEN I. EJERCICIO SIMULACIÓN. Presentarse en el Batallón».

Rápidamente nos enfundamos el equipo, cargamos nuestro material y nos subimos en el vehículo y remolque, donde ibas tú, Majo, junto a los demás compañeros de cuatro patas, Trocco, Binc y Rico. Aunque sabemos que es un ejercicio, ponemos todos nuestros sentidos en cada acción que realizamos. Al llegar a la zona nos asignan un sector, en este caso era una estructura colapsada. Por seguridad, el técnico en estructuras nos impide la entrada. Estamos dispuestos para comenzar a trabajar, tú como siempre demostrando ganas y buena aptitud. Después de reconocer el perímetro juntos, decido concentrarte en una puerta donde muestras interés. ¡Busca, Majo! Esas serían mis últimas palabras.

Saliste rápidamente como siempre, deseando encontrar alguna señal de vida. Después de ocho minutos de búsqueda te escucho desde fuera cómo progresas en el interior de la estructura. Para mí era complicado dirigirte, ya que no veía lo que habías registrado. Hubo unos minutos que dejé de oirte, parecía raro porque no viniste a mi llamada. Repetí tu nombre varias veces pero seguía sin oirte ni verte. Me dirigí al técnico en estructuras y a mi observador y decido entrar. En este momento soy consciente de que algo no iba bien. Mi observador, Rafa, me sigue en la distancia revisando y progresando con cuidado por la escasa visibilidad. Al pasar por el ascensor veo que las puertas están abiertas pero sigo hacia delante. En voz alta te nombro, ¡Majo! y escuché un gemido muy bajito. Pensé, será una víctima quejándose pero no, eras tú intentando comunicarte conmigo. Di un giro de 180° y fui a revisar el ascensor con el frontal. En este momento sólo mi observador y yo fuimos inundados por un sentimiento indescriptible que aún hoy recuerdo como si fuera ayer. Estabas tumbado, inerte. Rápidamente baje al sótano mientras Rafa avisaba a los sanitarios. Pude acceder a tí tras reventar la puerta pero ya era tarde. Intenté reanimarte y devolverte a nuestro mundo pero tus lesiones me lo impedían. Al llegar el capitán Serrano, nuestro enfermero, me preguntó por tu estado. Yo le contesté, «Majo nos ha dejado, mi capitán». Te subí con ayuda de mi observador y el Capitán sólo pudo certificar tu fallecimiento. Te porté en brazos hasta el vehículo y te subí con mis manos sabiendo que esa sería nuestra despedida, compañero.

Majo, eras único por el valor que representaste al pertenecer a la Primera Compañía de la Unidad Militar de Emergencias. Yo te cuidé como tú me cuidaste día a día, jornada tras jornada,. Con trabajo callado y nunca fatigado me enseñaste límites que hoy en día intento superar. Con abnegación y sacrificio en tí plasmé el buen hacer de esta unidad y las capacidades que poco a poco asumimos. Todavía hoy te recuerdo a diario con alguna anécdota de tantas que vivimos juntos. Por ser irremplazable esta confianza. Por ser un perro fiel, alegre, leal, entregado al servicio de España. Te honro con estas palabras como humilde homenaje a nuestra alianza.

Por siempre, mi compañero.
Majo 1 de Octubre de 2014

Iniativa para un recuerdo

La iniciativa de este homenaje fue del Jefe de la 1ª Compañía del #BIEM1, quien propuso la realización de una serie de trabajos y bocetos en el proyecto final del Módulo Superior de Escultura de la Escuela de Arte La Palma.

La Dirección del Centro, junto con la colaboración del Jefe de la Compañía y del Equipo Cinológico, eligió la escultura definitiva al perro de rescate, obra de la alumna Isabel Ruiz Carretero.

En el acto se leyeron unas palabras entre las que destacamos esta bonita frase que desvela lo que es un perro de rescate:

«Ellos estarán a nuestro lado cuando todo falle y el mundo tiemble»

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