El mantrailing está de moda pero… ¿de verdad funciona?

Escuela de Guías Caninos-EGC

Es un hecho incuestionable que el mantrailing está de moda. Pero ¿Funciona como dicen? ¿Es mejor que otros tipos de búsqueda? ¿Es lo mismo deportivo que operativo? ¿Hay más negocio que realidad? Ha llegado el momento de abordar esta cuestión con el detalle y la profundidad que merece

Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda©

Antes de nada, me gustaría dejar claro algo y que nadie lo dude. Me declaro fan incondicional del perro de búsqueda, en la especialidad que sea. Para mí el perro es el mejor recurso con el que contamos para operaciones de búsqueda y detección. No hay nada que lo iguale, ni parecido, ni que se le acerque lo más mínimo. Y por eso he dedicado los últimos 16 años de mi vida a difundir y a tratar de fomentar y mejorar las especialidades de búsqueda y detección con perros.

Además, he sido guía canino de perros de búsqueda de personas en las especialidades de escombro, grandes áreas y avalancha de tierra/barro. Especialidades en las que el perro trabaja buscando olor genérico. 
Aunque también he aprendido y practicado la búsqueda por olor de referencia o mantrailing, así como otras disciplinas de búsqueda y detección.

Durante todos estos años también he sido testigo directo de noticias y acontecimientos relacionados con los perros de búsqueda. Conozco la realidad de este mundillo en España, desde dentro y desde fuera. Y puedo ofrecer una opinión experimentada y objetiva, ya que no tengo ningún intereses en ninguna disciplina, grupo o entidad.

Y por todo ello mi opinión es: perros de mantrailing, sí. Pero conociendo su realidad y sobre todo, sus limitaciones. Que son muchas. El problema llega cuando no se reconocen las limitaciones y/o se sobrevalora la capacidad de los perros en esta especialidad.

«Mantrailing Hund im Einsatz» Foto: Moments in time

La historia del mantrailing

No, no es nuevo, ni de hace pocos años. Los perros de rastro existen desde hace mucho tiempo. Ya en tiempos ancestrales el ser humano utilizaba perros para cazar otros animales, incluso siguiendo rastros de sangre. Después, comenzaron a utilizarse para cazar humanos. Y ahí es donde nació el término ‘man hunting’ o caza humana, ahora denominado ‘mantrailing’ o rastro humano.

En el siglo XIX los sabuesos ya se consideraban un método válido de rastreo utilizado por la policía. Y sirvieron para resolver numerosos casos de desapariciones e incluso, de asesinatos, como los de Jack el Destripador. ¡Y eso fue en 1888!

Ya en el siglo XX los perro de rastro se utilizaban por todo el mundo, tanto en unidades policiales como en equipos de búsqueda y rescate. Y más recientemente, comenzó a extenderse por muchos países de Europa como una disciplina deportiva, apta para todos los públicos y razas caninas.

Ahora, es indudable que el mantrailing está de moda. Hace algunos años ya llegó como deporte a muchos países de Europa y también está en España. Esa podría ser una buena noticia pero, como todas las modas en el mundo del perro, tiene su lado negativo.

Bergho y Barnaby, Bloodhounds entrenados para seguir rastros humanos.
Trabajaron en uno de los casos de Jack el Destripador, en Londres, en 1888

Disciplinas de moda: bueno y malo

La buena noticia es que, afortunadamente, el mundo del perro en España ha sufrido un espectacular cambio en los últimos años. Los cursos de adiestrador y algunas disciplinas existían desde hace mucho tiempo pero nunca con la intensidad que vemos ahora. La oferta formativa que hay ahora es enorme. Tenemos formación dirigida a todo tipo de especialidades, operativas y deportivas.

Y precisamente aquí es donde nos debemos empezar a plantear este fenómeno. Porque estamos viviendo una auténtica moda en algunas disciplinas de búsqueda y detección con perros. Hablamos del mantrailing y de la detección deportiva.


«Existe una auténtica moda en algunas disciplinas como mantrailing y la detección deportiva. Eso puede ser bueno y malo»


Por descontado, que la detección deportiva se ponga de moda es una noticia magnífica. Significa que muchas más personas van a implicarse para trabajar con su perro utilizando su olfato. Y eso es algo que sabemos que repercute en beneficio para el perro, para los dueños y para la sociedad.

No ocurre lo mismo cuando la moda se crea en torno a una disciplina operativa. En este caso, mantrailing o perros de rastro. Porque sí, son la misma disciplina, que nadie lo dude. Pero eso ya lo expliqué con detalle en otro artículo.

Practicar mantrailing como deporte es maravilloso y se lo recomiendo a todo el mundo. Pero cuidado, no confundamos el deporte con la operatividad porque son cosas muy distintas. Cierto, los perros deben buscar igual y se les plantean situaciones que bien podrían ser reales. Pero la operatividad engloba mucho más. Empezando por la responsabilidad de saber que de nuestro trabajo depende la vida de una persona. Que nadie preparó el ejercicio. Que nadie sabe qué paso con exactitud. Y por muchos dobles ciegos que entrenemos o muchas pruebas en las que competiamos, nunca conseguiremos imbuir al guía esa sensación durante un ejercicio deportivo. El miedo, el estrés, la inseguridad jamás serán iguales durante una competición deportiva que en una intervención real.

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Foto: PerrosdeBusqueda

La operatividad: el quid de la cuestión

Quien haya trabajado una especialidad operativa con perros de búsqueda de personas sabe cual es la enorme dificultad que entraña. Lo decimos siempre: que un perro busque no es difícil. Lo realmente difícil es conseguir que busque lo que nosotros queremos, ignorando lo demás y que nos indique cuánto lo ha encontrado.

Y por eso, conseguir que un perro de búsqueda de personas esté plenamente operativo, puede llevar hasta dos años conseguirlo. Y siempre con un entrenamiento exhaustivo y que continuará durante toda su vida de trabajo. Porque ir a buscar una persona es mucho más que ir con nuestro perro entrenado a ver si la encontramos. O mejor dicho, debería ser mucho más.


«La vida de las personas no debería jugarse a la suerte, mucho menos en estos casos»


La capacidad operativa de un perro de búsqueda no es solamente su entrenamiento, ni depende sólo de él o del binomio. Para que un perro de búsqueda de personas sea eficaz es necesario que exista ese binomio y además un grupo y un operativo plenamente capacitado que coordine las operaciones de búsqueda.

Y mientras no tengamos esto bien claro y mientras los operativos no se organicen como debieran, no podemos hablar de ser profesionales o de un operativo realmente eficaz.

Y de ser así, tendremos que contar con el factor suerte, que será el que determine el éxito de la operación. Pero entonces no hablamos de operatividad sino de eso, de suerte. Y la vida de las personas no debería jugarse a la suerte, mucho menos en estos casos.

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¿La búsqueda por olor de referencia es más eficaz o más complicada?

No podemos o mejor dicho, no debemos hablar de mejores o peores técnicas a la hora de buscar personas. Es más acertado hablar de técnicas que se complementan. Y para lograr la mayor efectividad, lo que hay que hacer es saber aplicar cada técnica en el momento adecuado.

Para entender mejor las diferencias entre estas dos técnicas basta con situarse en una posibilidad de operativo de búsqueda de una persona desaparecida en campo abierto. Hay dos formas de buscarla: utilizando perros de rastro por olor de referencia (mantrailers) o perros de búsqueda por olor genérico. (Conviene aclarar que en escombro y avalanchas no puede utilizarse la primera técnica por razones obvias).

Teniendo en cuanta que no son incompatibles y que incluso es recomendable utilizar ambas, llegamos a uno de los puntos claves de esta cuestión. Podríamos llamarlo las ‘desventajas’ de los perros de rastro.


«No son técnicas incompatibles. Al contrario, es recomendable utilizar ambas»


Porque este tipo de búsqueda con perros se enfrenta a varios factores que inciden directamente en su actuación. El tiempo transcurrido, la climatología, la toma del olor de referencia y la existencia o no de un rastro.

Si no hay rastro, si no hay olor, no hay posibilidad de búsqueda por olor de referencia. Y el tiempo de duración de un rastro es bastante limitado. No hay una fórmula exacta para establecer su duración pero sí hay límites muy claros. En general los expertos hablan de un máximo de 72 horas, en las condiciones adecuadas. Con las condiciones en contra, el olor podría permanecer muy poco tiempo. Existen incluso declaraciones en un juicio en el que se ha establecido que el olor de una persona sólo permanecía dos horas en la hierba.

Y teniendo en cuenta que los equipos caninos, por desgracia, no suelen ser los primeros en aparecer en un escenario de búsqueda, ese tiempo aproximado de permanencia del olor en el terreno se supera con creces en la mayoría de los casos.

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Utilización de equipos caninos en un operativo de búsqueda

Entonces qué preparamos, ¿de referencia o de genérico?

Como decíamos antes, son técnicas compatibles y además muy recomendable disponer de ambas. Esa es la mejor opción: disponer de equipos preparados para trabajar en ambas disciplinas. Unos equipos trabajarán desde el punto de partida o punto de último avistamiento (PUA) y otros en las zonas aledañas de mayor probabilidad para ir descartando y limpiando sectores.

¿Y por qué no tener equipos especializados en ambas?

En primer lugar porque, como estamos viendo, son equipos que pueden y deben trabajar al mismo tiempo. Tanto unos como otros deben empezar a trabajar lo antes posible. Y aunque los perros de genérico no tienen esas limitaciones de tiempo, sí es recomendable que sean equipos de primera intervención.

En segundo lugar, porque la multidisciplina podría no ser la opción más recomendable en determinados tipos de búsqueda. Y al contrario, la especialización en cada campo podría aumentar de forma exponencial las opciones de éxito. Por no entrar en que determinadas razas, como los sabuesos, ofrecen unas capacidades especiales para la búsqueda por olor de referencia que conviene aprovechar.


«Sería recomendable tener equipos caninos especializados en olor de referencia y otros especializados en olor genérico»


Pero no siempre es posible contar con tantos equipos en el grupo, mucho menos de lograr un entrenamiento óptimo de todos ellos. Por eso, en este caso, mi recomendación para un grupo de perros de búsqueda de personas es que se decante por preparar equipos de olor genérico y dejen el trabajo de olor de referencia a otros grupos que dispongan de ellos.

Porque empeñarse en preparar únicamente perros de rastro por olor de referencia podría significar no intervenir en casi ninguna ocasión o, de hacerlo, sería siempre pasado mucho tiempo y, por tanto, con nulas opciones.

En caso de elegir esta opción es fundamental contar con el apoyo necesario para que la activación en caso de desaparición sea inmediata. Y eso, lo sabemos, es muy complicado hoy día.

PerrosdeBusqueda en Youtube

En urbano son los únicos

Hasta ahora estamos hablando de desapariciones en entornos rurales, que suele ser lo más habitual. Pero no son pocas las desapariciones en zonas urbanas. Aquí, los perros de genérico no tienen posibilidad de intervenir, ya que estos perros buscan a cualquier persona.

Por esta razón, los perros de mantrailing serían los únicos que podríamos utilizar. Y, si bien sabemos de sus posibilidades, las limitaciones que encuentran aquí son infinitamente mayores que en un entorno rural.

Además del tiempo transcurrido, climatología, ausencia de olor de referencia o de punto de inicio, contamos con otros factores que multiplican la dificultad. La contaminación del rastro, con cientos o miles de otros rastros humanos. Los perros son capaces de discriminar un rastro entre muchos otros pero es innegable esta dificultad añadida en entorno urbano.

Otro factor son los servicios de limpieza. Barrenderos o incluso máquinas que soplan y esparcen agua a su paso eliminarían cualquier posibilidad de que el rastro permanezca.

Y seguramente por todas estas razones, las localizaciones en entornos urbanos son nulas o prácticamente nulas.

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Foto: VBSAR Bloodhound Search & Rescue

La realidad no es tan sencilla

Aquí volvemos a la cuestión que nos ocupa: es un hecho que el mantrailing está de moda. Ahora hay seminarios y cursos de mantrailing por todas partes y cada vez son más los grupos que ofrecen este servicio. Se habla de las maravillas de esta disciplina, de lo que son capaces de hacer estos perros. De su capacidad para discriminar en zonas contaminadas con otros olores, de recoger el olor de referencia de lugares y formas increíbles.

Incluso hay una tendencia a pensar que esta disciplina es mejor para la búsqueda de personas. O incluso a pretender que es el futuro de la búsqueda de personas, obviando la necesidad -ya explicada en párrafos anteriores- de utilizar ambas.

En medio de este cruce de elogios y flores, nos topamos de lleno con la cruda realidad. Y es cuando nos damos cuenta de que hay algo que no cuadra. Porque la realidad nos trae casi diariamente casos de personas desaparecidas en zonas rurales y urbanas. Lo podemos leer en las noticias y además ahora, con la viralidad de las redes sociales, las alertas son casi instantáneas y con un poco de movimiento se puede tener el dato de un desaparecido en muy pocas horas.

Entonces, ¿por qué no vemos apenas equipos caninos de rastro/mantrailing en ese tipo de búsquedas? Porque grupos hay, o al menos se dice que hay. Y si van y si tan eficaz es este tipo de búsqueda, ¿por qué no se encuentra al desaparecido? ¿O por qué no se dan al menos pistas que lleven a encontrarlo?

Es obvio que hay algo que falla. Y no es exactamente que algo falle, es lo que estamos explicando en este artículo. Que tienen unas limitaciones muy grandes y que hay que ser conscientes de ellas y no vender lo que no es.

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Pero hay casos de localizaciones con vida

Cierto, y en PerrosdeBusqueda hemos publicado y difundido estos casos. Pero ¿cuántos? No hay más que echar un vistazo para comprobar que se trata de uno, cada mucho tiempo. Ocurre de vez en cuando. Y, en muchos casos -más de los que pensamos-, se trata de una localización fruto de la casualidad o de la suerte.

No por ello es desdeñable o menos importante, ya que se ha salvado una vida. Pero debemos ser conscientes de que, de no existir ese factor, no habría habido localización. Es así de sencillo y así de real.

Y otra realidad contundente es que, en la mayoría de los casos en los que se utilizan perros, no se localiza al desaparecido o no son estos los que le localizan. Y este es el dato que más nos da que pensar.

¿Por qué si los perros de mantrailing son tan eficaces, sobre todo ahora que está de moda y hay tantos grupos, no se están traduciendo estas desapariciones en localizaciones o, cuanto menos, en pistas claras para llevar a la localización? Sea rural o urbano, si hacemos una estadística el índice resultante sería ínfimo.

Esto no significa ni mucho menos que queramos denostar esta disciplina o que queramos evitar que haya grupos de mantrailing. Ya lo he explicado al principìo pero lo vuelvo a recalcar porque es precisamente todo lo contrario. Se trata simplemente de no perder el norte ni dejarse deslumbrar con posibilidades que no son reales. O de no otorgarles capacidades que son más de CSI que del mundo real.


«¿Por qué si los perros de mantrailing son tan eficaces, no hay apenas localizaciones de desaparecidos?»


En el terreno de la ética

No podemos dejar de tocar un tema que ha levantado mucha polémica en varios casos ya. Acudir cuando han pasado días, incluso meses desde la desaparición. Y lo más grave: cobrar por estos servicios.

Lo vivimos ya con el caso de Marta del Castillo, cuando alguien viajó desde el norte de España hasta Sevilla, meses después de su desaparición, y dijo que con su perro iba a encontrar el rastro de Marta. Él solo con su perro, meses después y en zona urbana. Salió en tv, se hizo algo famoso, levantó polémica entre quienes nos tomamos esto muy en serio. Y después, como suele pasar, desapareció sin dejar rastro. Pero tuvo su minuto de gloria y las malas lenguas decían que habría cobrado por ello.

Y es que este asunto de cobrar por los servicios es espinoso y genera mucha desconfianza… y con razón después de algunos casos como el de Marta del Castillo. Cobrar por trabajar no es malo. Lo malo es cobrar por algo que no estamos en disposición de ofrecer, por dar falsas esperanzas y peor, por engañar a quienes se encuentran en un momento muy vulnerable.
Y eso puede ocurrir cuando se acude a un operativo, por nuestra cuenta y riesgo, ‘por si suena la flauta’.


«En Estados Unidos hay ya varios precedentes de guías caninos que han terminado entre rejas o con cuantiosas multas por haber engañado»


Hay algo incuestionable: si cobramos por unos servicios tendremos que dejar bien claro a quienes los solicitan lo que les estamos ofreciendo. No es difícil observar que, en caso de que suene la flauta, la publicidad va a ser enorme para ese equipo o grupo. Y dado que no existe una regulación oficial en España para garantizar que quienes intervienen en este tipo de operativos están cualificados, la responsabilidad queda exclusivamente a cargo de la ética.

En el mundo hay ya varios precedentes de guías caninos que han terminado entre rejas o con cuantiosas multas por haber engañado de alguna forma. Guías caninos que colocaban falsos restos humanos para hacerse famosos por las localizaciones con su perro. Otro que hizo turismo de catástrofe en los atentados de las Torres Gemelas y después quiso cobrar por una supuesta enfermedad provocada por lo respirado durante su trabajo. Incluso algunos que proclamaban capacitaciones y una profesionalidad inexistente, con localizaciones falsas.

En España ya hemos conocido algún caso de vende humos, incapacidades disfrazadas y otras cosas peores, como hacerse pasar por profesional sin serlo o presentarse en la escena de una investigación policial sin permiso ni capacidad para ello. Hasta tuvimos nuestro ‘pequeño Nicolás’ en el campo del rescate y de Protección Civil.

Por eso no es deseable que el mantrailing se convierta en un sistema para que algunos se lucren a costa de la confianza de quienes están en un momento de desesperación. Ni tampoco a costa de quienes quieren comenzar en este mundo de la búsqueda de personas.

Las cosas, claras. Aunque se venda menos.

Anexo

Hay varias cosas que me gustaría añadir a este artículo, sobre todo a raíz de algunos temas interesantes que me han comentado o que han surgido:

  • No se puede crear estadística por un caso, si así fuera entonces los perros de los cazadores son los más efectivos porque se dan muchos casos de localización por su parte (tiene toda la lógica, ya que son quienes se mueven por las zonas rurales más a menudo, con perros). 
  • Los casos de desaparecidos son continuos, casi diarios y las localizaciones con perros de OR son…¿una entre… mil? y quizás ni eso.
  • Las localizaciones con perros de genérico son también contadas con los dedos de la mano. Cierto, pero es que en este caso los equipos caninos no tienen como primer objetivo la localización en sí misma sino que su trabajo en un operativo es chequear/cubrir zonas, cuadricular, para ir descartando y, si está la víctima en ese sector, localizarla. Si no está y la zona se da por descartada, su trabajo habrá sido plenamente efectivo.

Pero dicho esto:

Esto no es una guerra ni una competición a ver quién encuentra más o quién tiene más fallos. En el artículo no se comparan estas disciplinas. Es precisamente al contrario: se deja bien claro que se complementan. Y también se deja claro que la activación es crucial para su actuación, sobre todo para los perros de OR, ya que su tiempo de actuación está muy limitado a las primeras horas de la desaparición. 

Resumiendo: no se trata de buscar excusas o comparaciones que no tienen sentido. Se trata de ser realistas y saber lo que tenemos entre manos. Por negarlo o decir que hay cosas peores, no vamos a conseguir nada más que enfrentamientos. 

Si trabajamos con perros de búsqueda de personas por olor de referencia, debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y, en lugar de ponernos a la defensiva o a atacar a quien pone las cartas en la mesa, dedicar ese esfuerzo a tratar de mejorar 1) la preparación de los equipos y 2) la activación. 

Y si un día conseguimos que los grupos tengan equipos OR+G (rastro por olor de referencia y venteo por genérico) y que se activen en primer lugar y en las primeras horas de la desaparición, seguro que los resultados hablarán por sí mismos. 

Por eso, las guerras, para los que quieran hacerlas pero no con los perros de búsqueda. No es justo, ni es ético, ni construye. Y sobre todo, que no sea porque esté de moda.

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