Un perro detector contra la Aliaria, una planta nociva
Un perro llamado Sampson podría ser el héroe que está necesitando el condado de King para luchar contra la Aliaria, una planta nociva en King County que deben erradicar
El programa de control de plantas nocivas de King County en Washington (EEUU) ha estado trabajando con los terratenientes para erradicar la Aliaria (Aliaría petiolata) desde que se registró como una planta nociva de clase A en el año 2000. Cuando se encuentran plantas se consiguen controlar pero cada año aparecen nuevas semillas y las plantas son más difíciles de encontrar debido a su pequeño tamaño. Eso unido a lo complicado que ya es de por sí encontrar Aliaria entre el resto de las plantas forestales, hace obvio que se necesita toda la ayuda posible para detectarla cada año antes de que comience a esparcir sus semillas.
¿Y si se utilizara un perro para detectar Aliaria?
A principios de la primavera, el programa del control de plantas nocivas de King County trabajó con Conservation Canines, del Centro de Conservación Biológica de la Universidad de Washington, para llevar a cabo un proyecto utilizando uno de sus perros para detectar Aliaria en varias plagas dentro de King County.
Sampson y su guía, Julianne Ubigau, suelen trabajar en zonas rurales remotas, localizando heces de animales para los estudios de varios programas de conservación. Con este proyecto piloto es la primera vez que Conservation Canines ha entrenado uno de sus perros detectores con una planta como objetivo. El programa duró tres días en los que visitaron zonas de Cedar River en Maple Valley, Coal Creek en Bellevue y Golden Gardens Park en Seattle.
Un trabajo rápido y eficaz
Sampson aprendió muy rápido a localizar la planta. Es especialmente bueno encontrando retoños bajo las hojas y otros residuos. Se movía por la zona tomando los olores de las corrientes de aire. Y si una zona requería una búsqueda más meticulosa, Julie le guiaba con gestos y palabras de ánimo para que redujera el paso e inspeccionara bien la zona. Cuando Sampson encontraba su objetivo, se sentaba (a veces ni siquiera llegaba a sentarse del todo por la excitación) y esperaba a Julie para confirmar su hallazgo. Una vez confirmado, Sampson recibía la recompensa preferida: su pelota.
El tercer día del ejercicio Sampson empezó a sentirse muy bien con la localización de la Aliaria. Normalmente Sampson y su guía necesitan una semana para familiarizarse con el objeto de olor que deben buscar. Si bien esta prueba era corta, parece que hay un potencial real para la utlización de perros detectores como parte del kit de herramientas para la gestión del control de plagas.
Actualmente, el programa de control de plantas nocivas de King County y Conservation Canines, están investigando ideas sobre cómo mejorar lo aprendido en esta prueba. Con suerte, podrán unirse de nuevo en el futuro y continuar investigando sobre la Alaria, una planta nociva.
Fuente: Noxious Weed News
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