Perros detectores de explosivos fallan en aeropuertos de EEUU

Los perros detectores de explosivos de los mayores aeropuertos de EEUU fallan en al menos 52 veces de cada 402 pruebas, durante un período de dos años y medio

Una investigación realizada por NBC News  pone en tela de juicio si los perros especializados están recibiendo el entrenamiento adecuado para ser eficaces a la hora de mantener los explosivos lejos de los aeropuertos y los aviones.

Una solicitud de la Ley por la Libertad de la Información revela que los equipos caninos a cargo de la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte) fallaron 52 de cada 402 pruebas durante un período de dos años y medio. Lo que es lo mismo: los perros fueron eficaces en un 87% de las veces.

Algunos equipos fallaron a la hora de localizar explosivos, otros dieron demasiados falsos positivos que podrían haber llevado a evacuaciones del aeropuerto innecesarias.

Los equipos caninos fallaron en 21 pruebas en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles y en 10 pruebas en el Aeropuerto Internacional Dulles, cerca de Washington D.C. También se detectaron fallos en el aeropuerto Chicagos O’Hare, Reagan National en D.C., JFK en Nueva York, San Diego y el Bradley International en Hartford, Connecticut. En Love Field en Dallas, equipos caninos asignados a la protección del aeropuerto fallaron cada 14 pruebas con una media de fallo de casi el 30% en dos años y medio.

En el mismo periodo, equipos del Aeropuerto Internacional Dallas/Forth Worth fallaron 5 veces en 48 pruebas (un 10% de las veces). Mientras que en el aeropuerto más activo de la nación, el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson Atlanta sólo tuvo 2 fallos en 75 pruebas (un 3%).

Si el equipo falla, se le retira

Los equipos caninos que fallan se retiran del servicio y no podrán volverán a trabajar en areopuertos hasta que pasen la prueba de nuevo.

Según la TSA, los fallos son algo normal al tener un alto nivel. Pero los múltiples fallos de algunas de las ciudades hacen plantearse la duda de si los equipos han entrenado lo suficiente para mantener el máximo nivel de preparación. Añaden que cada equipo debe superar con éxito las pruebas de certificación antes de volver a sus deberes de detección. Los que no son capaces de cumplir los altos niveles de exigencia serán expulsados.

En los aeropuertos, los perros rara vez encuentran explosivos, por eso a menos que practiquen con frecuencia las pruebas de detección de explosivos, podrían perder interés. Además, los guías necesitan también práctica constante para saber reconocer con precisión las señales de su perro.

Los perros en teoría aceleran el trasiego de pasajeros en los controles de seguridad, ya que aquellos que pasan el test de olfacción canina son llevados a otros carriles de chequeo en los que no tienen que quitarse ni los zapatos, cinturones, chaquetas o sacar los portátiles de sus bolsos.

La utilidad de los perros va más allá de la comodidad. Los agentes de la TSA creen que los perros, junto con los agentes de policía uniformados, son ya un elemento disuasorio. Y si los perros ayudan a que los pasajeros se muevan con más rapidez en los controles, esto podría eliminar las largas colas que, por sí mismas, se convierten en un objetivo para los terroristas.

Su adiestramiento: un negocio caro

Sólo el entrenamiento de estos perros puede resultar muy costoso, con precios entre 30.000 y 55.000 dólares por perro. Según los agentes, el entrenamiento debe ser constantemente ajustado para mantenerse al día en cuanto a materiales y métodos utilizados por los terroristas.

La TSA tiene unos 320 perros detectores para olfatear equipajes en estaciones de aeropuertos y trenes. Unos 140 también están entrenados para trabajar entre la gente.

Una vez el perro ha aprendido a encontrar explosivos, se le asigna un entrenados que debe aprender a dirigir al perro en búsquedas metódicas para que no quede ninguna zona por revistar y para poder interpretar la conducta del animal en todo momento.