Los perros detectores de bombas que EEUU envió a Jordania están muriendo por malos cuidados

Una investigación federal estadounidense denuncia la muerte por malas condiciones de vida de los perros detectores de bombas que se enviaron a Jordania en un programa que lleva 20 años activo

a Jordania

Los perros detectores de bombas que Estados Unidos ha enviado a Jordania, como parte de un programa que envía perros a los países aliados de Oriente Medio, están enfermando y muriendo por malos cuidados y negligencias.

Así se revela en un informe realizado por una investigación federal de EEUU tras una evaluación realizada por inspectores del Departamento de Estado. Al menos 10 perros enviados a Jordania murieron entre 2008 y 2016 por problemas médicos. Y los que sobrevivieron están en condiciones insalubres. Cheniles inadecuados, falta de higiene y exceso de trabajo, son algunas de las penosas condiciones en las que tienen que vivir estos animales.


Las fotos publicadas en el informe muestran perros demacrados, desnutridos, con las costillas marcadas en sus costados. Las uñas con un crecimiento desmedido y las orejas estaban llenas de garrapatas completamente hinchadas. En algunas instalaciones ni siquiera había cacharros para el agua. Al parecer, los guías simplemente tiraban agua al suelo para que los perros bebiesen.

Según el informe, la causa de esta situación ha sido una regulación demasiado flexible por parte del Departamento de Estado y la ausencia de políticas concretas enfocadas a salvaguardar la integridad de estos animales. Se han gastado muchos millones de dólares en entrenamiento y envío de perros a Jordania pero no se ha garantizado su bienestar.

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Un informe de 2016 ya denunciaba estos hechos

Jordania, con 61 perros activos, es sólo uno de los países receptores de perros dentro de este programa. Tailandia, Marruecos, Indonesia o Bahrein también reciben a estos perros detectores provenientes de EEUU.

La alarma saltó en 2016, cuando personal de capacitación canina de EEUU realizó un control de bienestar de los perros durante una de las visitas a Jordania. En el informe de entonces ya se denunciaban las malas condiciones en las que se encontraban los animales, que, lógicamente, habían perdido incluso las ganas de trabajar.

Pero lo más triste de este asunto es que, a pesar de este informe, se continuó enviando más perros a Jordania y financiando el programa.

Y a pesar de haber conseguido implementar nuevas medidas, los problemas continuaron. Incluso personal enviado desde EEUU fue incapaz de darse cuenta o de intervenir en la muerte de alguno de los perros.

Este informe apuntaba cinco recomendaciones, como controles más frecuentes y la creación de un acuerdo escrito con las naciones asociadas. El Departamento de Estado aceptó cuatro de las condiciones pero se negó a la quinta: Detener el envío de perros a Jordania hasta que se desarrollase un plan de sostenibilidad.

Desde la publicación del último informe la semana pasada, funcionarios estadounidenses han exigido una intervención inmediata. Se ha pedido llevar el caso al Congreso para saber si los animales que están en el proyecto están siendo tratados de acuerdo a unos estándares humanos y éticos mínimos.

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