Los perros podrían tener una imagen mental de lo que buscan
Hay un creciente interés en conocer las habilidades cognitivas de los perros. Pero el conocimiento actual sobre cómo entienden su entorno está limitado al modo visual o auditivo. Nuevos avances sugieren que los perros tienen una imagen mental de lo que buscan.
Es bien sabido que los perros tienen un excelente sentido del olfato y que utilizan este sentido mayoritariamente cuando exploran el entorno o reconocen individuos. Pero aún no queda claro si los perros perciben los olores como objetos con representación específica.
En un estudio realizado en Mayo de 2018, se examinó este aspecto de la percepción de los perros. Para ello, se trabajó con 48 perros, de los cuales 25 eran perros entrenados para seguir rastros (policías o de rescate). Los 23 restantes eran perros familiares que no habían recibido entrenamiento alguno.
Para la prueba se seleccionaron dos de los juguetes favoritos de cada perro. A los perros se les ofreció oler uno de los dos juguetes, que se escondía después en otra habitación, deslizándolo por el suelo hasta quedar oculto. Luego se hacía entrar a cada perro a la habitación y se le pedía buscar el olor del juguete determinado.
A la mitad de los perros se les puso el juguete que habían olfateado («condición normal») y a la otra mitad se le cambió por el otro juguete («condición sorpresa»). Después del rastreo, por tanto, la mitad de los perros se enfrentaron con la «condición normal» y la otra mitad a la «condición de sorpresa».
La idea era presentarles una vulneración del paradigma de la expectativa en la que pudieran seguir el rastro de un olor pero que al final del rastro, encontraran otro olor. Se trataba de observar y estudiar sus reacciones según el hallazgo en cada caso. Intentar entender lo que los perros «se imaginan» cuando olfatean el rastro de un objeto, cómo buscan un objeto y cómo sus experiencias formativas influyen en su habilidad para encontrar un objeto escondido. Se compararon las diferencias entre los perros familiares y los perros de trabajo (entrenados para rastrear).
En la prueba en la que encontraban el juguete que no era, los perros mostraron signos claros de «sorpresa» (por ejemplo, seguir buscando el olor que les habían mostrado). Dejando claro que tenían una representación que no correspondía al juguete que les habían mostrado y cuyo rastro habían seguido.
Los científicos también observaron que los perros familiares, que no habían sido entrenados previamente en la búsqueda, mejoraron su eficacia en el rastreo a medida que realizaban las pruebas.
El estudio concluye que los perros tienen una concepción básica del objetivo que están buscando. Los perros representan lo que olfatean y buscan de una forma versátil, independientemente de su formación anterior.
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