¿Riesgo de golpe de calor en perros que buscan bombas y drogas?
Una investigación de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia ha estudiado los riesgos del golpe de calor en perros de la Policía Militar que realizan labores de búsqueda de explosivos y estupefacientes
18 de Noviembre 2014 (EFE)
La investigación, premiada en el primer Congreso de Sanidad Militar celebrado en octubre en Granada, ha analizado la capacidad de termorregulación de estos perros y su susceptibilidad al estrés térmico, según un comunicado de la institución académica.
Los investigadores, en colaboración con guías caninos del Ejército, han comparado la eficacia de los chalecos refrigerantes cuando estos animales trabajan en situaciones de calor extremo y exposición prolongada al sol.
Localizar explosivos en Afganistán, descubrir drogas en el interior de vehículos que se encuentran a más de 60 grados de temperatura o realizar labores de seguridad durante horas a temperaturas extremas son algunas de las funciones que desempeñan los equipos caninos de la Policía Militar.
El resultado de la investigación, dirigida por la profesora Milagros Benito, ha determinado las capacidades de termorregulación de estos perros, su susceptibilidad al estrés térmico y la utilidad de diferentes chalecos refrigerantes para evitar que puedan sufrir un golpe de calor durante sus labores de vigilancia o búsqueda de explosivos y estupefacientes.
El golpe de calor es definido como un «cataclismo biológico» que puede provocar alteraciones a todos los niveles e incluso terminar en la muerte del perro.
Según la profesora de Veterinaria de la CEU-UCH, Milagros Benito, «como sucede con las personas, el golpe de calor puede afectar también a los perros, especialmente al trabajar en condiciones de elevadas temperaturas».
Por eso, en colaboración con la sección cinológica de la Policía Militar del Batallón número I de Bétera (Valencia), se ha estudiado la forma de prevenir los síntomas que podrían provocar esta patología, con el objetivo de evitar estos riesgos para la salud de los perros y mejorar su rendimiento en condiciones extremas de calor.
Los investigadores realizaron test de esfuerzo básico a trece perros y durante cuatro días consecutivos, los animales realizaron una marcha a una velocidad media de 10 kilómetros por hora durante 20 minutos.
Se determinó su presión arterial sistémica y su temperatura rectal en diferentes tiempos pre y post-carrera: en los caniles, en reposo antes de la prueba, inmediatamente después del esfuerzo y a los 15 minutos de recuperación.
Estas pruebas se realizaron con tres modelos diferentes de chalecos refrigerantes para comparar su eficacia.
Según Benito, desde el inicio del test de esfuerzo hubo una respuesta heterogénea en los valores de presión arterial sistémica y de temperatura rectal obtenidos, y en tres perros, la temperatura interna más alta registrada fue de 43 grados, que supera el limite de la hipertermia y señala un alto riesgo de golpe de calor.
Con respecto a las equipaciones estudiadas, el chaleco refrigerante para perros que utiliza la refrigeración por evaporación natural «resultó significativamente más útil que los restantes».
«El entrenamiento, el efecto aprendizaje, el control del estrés y la utilización de una equipación refrigerante óptima, son claves para conseguir una mejor adaptación de los perros a temperaturas altas, especialmente en aquellos animales más sensibles al estrés térmico», afirma el estudio.
El equipo ha estado integrado por los veterinarios Diego Lozano y Gemma María Lázaro, de los servicios veterinarios de las bases del Ejército en Bétera y Marines.
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