La selección del perro de rescate, policía…¿adoptar o no adoptar?
La selección del perro es una de las asignaturas obligatorias para rescate, para detección de drogas, explosivos o para cualquier disciplina operativa que implique riesgo para la seguridad o vidas humanas. Y eso requiere un capítulo especial en nuestra página
Por Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda (2019)
Antes de nada, y para ir al grano, hay una cuestión básica: aptitudes. No, no todos los perros ‘valen’. Cada individuo presenta una serie de características, por raza y por su propia individualidad, que lo convierten en apto, no apto, con altísimo potencial, con potencial medio o sin potencial. Y por más que entrenemos y por muy bueno que sea el guía, nunca vamos a sacar más de lo que un individuo concreto tiene.
Y aquí llegamos a la siguiente cuestión básica para la selección del perro. El objetivo. ¿Cual es nuestro objetivo? ¿Dónde colocamos el listón de exigencia de aptitudes?
Para especialidades en las que hay vidas humanas o cuestiones de seguridad en juego, sin dudarlo, necesitamos tener el listón en lo más alto. Debemos tener, o deberíamos intentar tener, los mejores perros, los mejores guías, los mejores instructores, etc… para realizar el mejor trabajo y obtener el mejor resultado. No podemos conformarnos con algo mediocre. No en estas disciplinas.
¿Hay razas mejores?
Hay razas con mejores aptitudes y sí, podría decirse ‘mejores’, para determinadas disciplinas.
No olvidemos que las diferentes razas de perros han ido evolucionando de la mano del ser humano. Se han potenciado o atenuado características en cada raza, tanto psicológicas como morfológicas, con distintos objetivos. Uno de ellos, que esté mejor capacitada para realizar una actividad determinada. Guarda, caza (en sus distintas modalidades), pastoreo, compañía… las distintas razas están divididas en grupos según su actividad/aptitudes.
No tendría sentido, por ejemplo, elegir un Bulldog para disciplinas operativas o un futuro campeón deportivo de búsqueda o detección. Y al contrario, para labores de pastoreo sería de sentido común recurrir a razas que han sido seleccionadas con ese fin.
Hay razas más definidas, otras más polivalentes… pero en general, todas presentan una serie de características que conviene tener en cuenta.
Los mejores individuos para competir
Un ejemplo claro de la importancia de la selección del perro la tenemos en los perros de disciplinas deportivas. Aquí vemos mucho estas tendencias de selección:
– De razas. Malinois para IPO, Border Collie para OCI, pastoreo…
– De líneas. Y la prueba está en que los campeones de estas disciplinas, en su gran mayoría, recurren a líneas reconocidas de trabajo para mejorar sus resultados y facilitar sus objetivos. Y muchos no dudan en invertir miles de euros en la compra de un solo individuo.
¡No es una ciencia exacta! Totalmente de acuerdo. No hay un 100% de garantías pero sí hay un elevadísimo tanto por ciento de acertar.
Y sí, también es cierto que a veces encontramos individuos que, sin haber sido seleccionados de entre las mejores líneas, presentan unas increíbles aptitudes, incluso consiguen excelentes resultados. Pero es la excepción, no la norma y está basada en la casualidad, en la suerte.
En deporte podemos jugar, experimentar o dejar que la casualidad y la suerte nos lleven al éxito, al fracaso o a quedarnos a las puertas. Pero en disciplinas operativas no se puede jugar, ni experimentar, ni dejar nada en manos de la casualidad. No es práctico, ni ético. No nos basta con un ‘suficiente’. Hay que tratar de buscar el mejor resultado, siempre.
¿Y la opción de adoptar?
Esta es la eterna pregunta. Siempre que hablamos de perros de trabajo, de razas, de selección del perro, aparece esta duda. Y es que es una duda muy razonable. Dar una posibilidad a los perros abandonados, rescatar a esos pobres animales que no tuvieron suerte y ofrecerles la posibilidad de desempeñar una labor sería precioso, lo ideal. Y además, se ahorraría un montón de dinero en las compras de los futuros perros de trabajo.
Con todo lo expuesto en anteriores párrafos bien claro, vamos a plantearnos la adopción como una posibilidad para nuestros futuros perros de trabajo. Tendría que ser una selección del perro en toda regla. Una adopción con una selección sensata, valorando aptitudes y buscando individuos que podrían ser válidos para la disciplina operativa a la que queremos dedicarles.
Pero hay que conocer bien el proceso para entenderlo y valorarlo:
Primero de todo, hay que hacer una búsqueda del futuro candidato. Eso significa acudir a las protectoras, refugios y hacer una pre-selección de posibles candidatos. Y, teniendo en cuenta el punto en el que hablábamos de aptitudes, la probabilidad de encontrar un buen futuro candidato es muy pequeña. Descartar por morfología, por edad, por carácter… y después buscar las aptitudes.
El siguiente paso es llevar al animal a su nuevo destino y seguir testándolo. Algo que requerirá de varias sesiones, además del trabajo del guía y de todo un grupo en algunos casos, como ocurre con los perros de rescate.
Y esto se traduce en varias cosas que hay que valorar:
- Tiempo. Mucho tiempo empleado en esa pre-selección y testaje. Muchas horas, días, viajes de una protectora a otra…
- Trabajo. Varias personas tendrán que testar y valorar al animal. En rescate, un grupo tendrá que empezar a entrenar con ese animal.
- Dinero. Todo esto nos va a suponer unos costes que, si bien nos hemos ahorrado de la compra, van a ser elevados.
- Riesgos. Por un lado, dado que no conocemos los antecedentes del individuo adoptado, podrían existir problemas subyacentes psíquicos (fobias, miedos por malas experiencias…). O físicos (displasia, enfermedades hereditarias…). Y, si estos problemas no son visibles o detectables durante la selección, podrían hacer su aparición en el futuro, haciendo inviable su continuidad. Eso supondría que el tiempo, trabajo y dinero empleados sólo en ese individuo, no ha servido para nada.
Mejorar el tema de las adopciones
Siguiendo con el tema de las adopciones, hay una posibilidad que, bien llevada, podría ser muy interesante para la selección del perro de trabajo:
Una estrecha colaboración entre protectoras/refugios y las unidades y grupos caninos, incluso con clubes caninos deportivos.
El planteamiento sería muy sencillo: la protectora se haría cargo de esa pre-selección y testaje, según los parámetros que le indique la unidad o el grupo en cuestión. Avisando de encontrar un posible candidato.
Así, se ahorraría un paso del proceso y un tiempo muy valioso, lo que haría más práctico este proceso.
Actualmente esto ya lo están haciendo algunas protectoras, con muy buenos resultados. Un buen ejemplo de este sistema es la Asociación SOS Malinois, dedicada a la recogida de animales de esta raza. De allí ya ha salido un gran número de magníficos ejemplares que están trabajando en grupos y unidades caninas de búsqueda y detección, tanto civiles como policiales. Aunque aquí es importante recordar que el hecho de ser un malinois o cualquier otra raza, no garantiza que el perro tenga las aptitudes adecuadas. De ahí la necesidad de saber evaluar las aptitudes de cada individuo.
La mejor opción: asegurar lo más posible
Teniendo claro que la mejor opción sería recurrir a líneas de trabajo, hay que valorar también aquí varias posibilidades:
La cría entre particulares
Una práctica bastante utilizada pero que presenta dos grandes escollos.
Por un lado, la cuestión legal: en España está prohibida la cría y venta de animales. Y está permitida la cría entre particulares siempre que no se haga con fines comerciales, que no haya más de dos hembras en el mismo recinto y que una hembra no supere las dos camadas en toda su vida reproductora.
Y por otro lado, está la cuestión ética. En esta práctica entre particulares hay una línea muy fina entre criar de forma responsable y hacerlo de cualquier forma. Y, teniendo en cuenta que la cría entre particulares existe y que se comercia con ella de forma irregular o ilegal, no es difícil que se haga mal, para perjuicio de las propias hembras y de la raza.
Programas de cría dentro del propio centro
Un buen ejemplo lo encontramos en el Centro Militar de Cría Caballar de Ávila, donde se crían, seleccionan y preparan (fomento de instintos) los futuros perros de trabajo para Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Guardia Real, Policía Nacional y Centro Nacional de Inteligencia.
La Fundación ONCE del Perro Guía es otro buen ejemplo, ya que tiene uno de los mejores programas de cría de futuros perros guía.
Criadores de razas de trabajo
Criadores hay muchos, lo que necesitamos son criadores que se centren en una raza o en razas determinadas. Mejor aún si están enfocados al futuro trabajo de esos animales.
Y aquí, como en todo, son los resultados los que avalan el buen hacer de cada criador. Por eso, las líneas de trabajo de determinados criadores a veces son las elegidas, aunque eso signifique más desembolso de dinero o incluso acudir a otros países.
La decisión va a depender de muchos parámetros. No siempre es sencillo, no siempre hay dinero, no siempre hay tiempo… Pero sea cual sea la decisión, nunca hay que olvidar lo más importante:
La selección del perro de trabajo puede suponer
un 80 o incluso un 90% del resultado final.
Y en disciplinas operativas necesitamos
los mejores resultados
¡Pero atención!
El 10% restante es fundamental
Cuando hablamos del 80 o del 90% no significa que con un perro excelente ya tengamos un 80 o un 90% de resultado final óptimo. No es tan sencillo.
Si no tenemos el 10 o 20% restante perfectamente cubierto, el resultado podría ser un verdadero fiasco. Porque el trabajo final de cualquier binomio, por muy bueno que sea el perro, se ve afectado por otras cuestiones que, si bien no suponen ese elevado tanto por ciento, son imprescindibles.
Formación del guía, programa adecuado a cada individuo, entrenamiento férreo y continuado, son algunas de las necesidades básicas de todo binomio. Sin todo ello NO vamos a conseguir buenos resultados.
Podremos enmascarar, ofrecer una imagen, una impresión. Podremos incluso hacer algunos trabajos buenos, hasta ejercicios espectaculares (porque nuestro perro será espectacular). Pero aunque tengamos ese perro espectacular, aunque sea el mejor perro, como nos falle alguna de estas necesidades, el resultado no será, ni de lejos, óptimo. Y al contrario, podría incluso dar lugar a serios problemas.
Pero eso, para otro artículo.
Isabel Herrán| PerrosdeBusqueda (2019)
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